La iniciativa buscar crear las condiciones apropiadas para el desarrollo del emprendedorismo.
Con la presencia de autoridades locales, provinciales y nacionales, 
tuvo lugar la presentación de Bio.r, la aceleradora de proyectos 
biotecnológicos. El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del 
Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), ubicado en el predio del 
Centro Científico Tecnológico
 Rosario (CCT-Rosario) dependiente del-Consejo Nacional de 
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de Ocampo y Esmeralda.
 La iniciativa generada en conjunto por el IBR y el Área de Vinculación 
Tecnológica del CCT-Rosario contó con el apoyo del CONICET.
 
El objetivo de Bio.r, la primera aceleradora de proyectos del CONICET, 
es propiciar un espacio adecuado para impulsar proyectos que generen 
productos y/o servicios innovadores en el área de la biotecnología, con 
alto potencial comercial. La aceleradora será un espacio adecuado para 
estimular la fase de desarrollo de estos proyectos en un ambiente 
académico.
Estuvieron presentes el diputado nacional por la provincia de Santa Fe,
 Mg. Eduardo Seminara, el Rector de la Universidad Nacional de Rosario 
(UNR), Dr. Héctor Floriani, el Secretario de Ciencia, Tecnología e 
Innovación del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Ing. David 
Astegiano y autoridades del CONICET, CCT-Rosario, empresarios e 
invitados especiales.
 
Oportunidades, articulación y cambio cultural
Alejandro Vila recordó que cuatro años atrás se inauguraba el nuevo 
edificio del IBR. Esto implicó cambiar el paradigma de desafíos 
históricos y buscar nuevos horizontes. “El evento de hoy tiene que ver con hacer un aporte significativo al sector productivo y de innovación”,
 enfatizó el investigador al mismo tiempo que agradeció a las 
autoridades del CONICET, CCT-Rosario, y a todo el personal del IBR por 
el apoyo recibido.
A su turno, Roberto Rivarola destacó la capacidad y experiencia de los investigadores del CONICET, lo cual “potencia nuestras posibilidades en la intención de una proyección intensa y fluida hacia el medio productivo”.
 Al hablar del nivel de excelencia de la ciencia rosarina, Rivarola no 
dejó de recordar la relación con la Universidad Nacional de Rosario, 
remarcando que todas las unidades ejecutoras que componen el CCT tienen 
una doble dependencia, UNR y CONICET.
“Estamos trabajando en algunos aspectos, en conjunto con el Polo 
Tecnológico de Rosario. Se están instalando empresas y está creciendo”,
 agregó el investigador haciendo referencia a la relación entre los 
científicos y el sector productivo. Rivarola destacó el trabajo llevado 
adelante por la Oficina de Vinculación Tecnológica del CCT-Rosario.
Por su parte, Miguel Laborde expresó que “el CONICET es el brazo 
ejecutor de las políticas del MinCyT, las cuales son, desde la llegada 
del Dr. Barañao, innovación y transferencia”. Laborde destacó el 
incremento en el número de investigadores de planta así como de becarios
 llevado adelante durante la actual gestión.
El CONICET transita un cambio cultural, disparado en gran medida por la
 necesidad de transferir resultados de investigaciones. Partiendo del 
excelente nivel de la ciencia básica desarrollada por el CONICET, 
Laborde recordó tiempos recientes, cuando para un investigador alcanzaba
 con publicar trabajos científicos (papers) y formar recursos humanos, 
algo que dadas las circunstancias actuales es ya no es suficiente.
La generación de proyectos aplicados requirió la reformulación de los 
sistemas de evaluación, en los cuales el “paper” científico se 
constituía en la herramienta definitoria por antonomasia. Hoy en día, 
aquellos investigadores que deciden participar de proyectos aplicados, 
necesitan mecanismos de evaluación actualizados, un tema en el que el 
CONICET ha estado trabajando. Laborde destacó que la actividad de los 
vinculadotes tiene que ser reconocida y remunerada en su justa medida.
En línea con la nueva aceleradora de proyectos, la cual refleja una 
apertura de los organismos de investigación hacia la sociedad en general
 y el sector productivo en particular, Laborde mencionó a los 
Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) del CONICET, otra herramienta destinada a aportar soluciones a problemáticas tecnológicas y sociales.
 
“La política del CONICET es la transferencia. La tecnología no es 
solo tecnología dura, que termina en una patente y un beneficio 
económico para la empresa y el CONICET. También hablamos de tecnología 
de la inclusión social, donde hay un beneficio directo hacia la 
comunidad lo cual no necesariamente representa una ganancia”, destacó el investigador. “La
 vinculación tecnológica tiene que cumplir un rol esencial en el CONICET
 que se viene. Esta vinculación tiene que jerarquizarse dentro del 
CONICET y en los distintos CCT”, cerró Laborde.
Medidas y herramientas de apoyo institucional
Finalmente, Ruth Ladenheim expresó que, con proyectos como Bio.r, se 
busca articular la producción de conocimiento con el desarrollo 
productivo y social de la Argentina y destacó la importancia del 
emprendedorismo tecnológico. Recordó los tiempos compartidos con el 
actual ministro Barañao, cuando en 2002 decidieron crear una incubadora 
de empresas en la Facultad de Cs. Exactas y Naturales de la Universidad 
de Buenos Aires. En ese momento no existían políticas de apoyo a las 
empresas de base tecnológica, y la experiencia sirvió como aprendizaje 
para lo que luego se implementaría desde el MinCyT.
La funcionaria remarcó que las empresas de base tecnológica cumplen una
 serie de funciones: son productoras de bienes y servicios con alto 
valor agregado y encierran la función de investigación y desarrollo. 
También contribuyen al enriquecimiento y diversificación de la matriz 
productiva y elevan la productividad media de la economía.
Desde el Estado se busca superar obstáculos típicos, tales como el 
financiamiento, al tratar de implementar nuevas ideas. Para ello se han 
creado distintos programas desde el MinCyT;
 EmpreTecno (cerca de 100 proyectos aprobados) y 
Emprendedores FONSOFT son dos ejemplos.
 
En cuanto a la formación de recursos humanos, Landheim indicó la 
capacitación de los emprendedores como otro tema que se abordó desde el 
MinCyT. A tal fin se crearon posgrados para formar gerentes tecnológicos
 en distintas universidades del país, originalmente financiados por el 
ministerio y ahora por las universidades.
Ladenheim se refirió, como lo había hecho Laborde, a la creación de 
criterios de evaluación específicos para los científicos que se dedican a
 estos proyectos, algo necesario para evitar que aquellos que se dedican
 a la transferencia sean penalizados por el mismo sistema 
científico-tecnológico.
Las nuevas actividades de transferencia necesitaban un marco 
regulatorio, el cual tiene respuesta en la ley 25.647. Dicha ley permite
 que el CONICET o cualquier institución científica forme parte del 
capital accionario de las empresas que se generan.
Ladenheim destacó que la inversión en investigación y desarrollo (I+D) 
se encuentra con un aumento de más del 1.200%. Asimismo, hay un 
incremento inédito de recursos humanos dedicados a la investigación al 
igual que una mayor infraestructura y equipamiento derivados de las 
inversiones del MinCyT. Todos estos factores contribuyen a generar el 
ambiente apropiado para que se desarrollen iniciativas como la de Bio.r.
El lanzamiento de Bio.r se da en el ámbito de la “
Semana del Emprendedorismo”, actividad organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.