miércoles, 23 de diciembre de 2009

El "Efecto Árbol Navideño". Y otras historias de Navidad y de ciencia. 1ra parte.


Por Luis Javier Plata Rosas

"Se me ha ocurrido que sería extremadamente
benéfico […] tener algún registro […]
de aquellas conferencias que impartiste, el
año pasado, a los niños. […] ¿Puedo
pedirte, si estás de acuerdo con ello, que me
favorezcas con el préstamo de tus notas de
esas conferencias para su estudio?
Carta de Charles Dickens a Michael Faraday,
mayo de 1850


He intentado en este artículo explicar más de una investigación racional, ojalá al lector pueda agradar y hacerlo reflexionar sobre la ciencia en Navidad. Que el relato embruje sus casas y que Dickens nos otorgue su perdón.

I. El espectro de Faraday
"Empecemos por decir que Faraday había muerto. Firmó la partida de su enterramiento
Scrooge. Michael Faraday, uno de los principales científicos del siglo XIX, descubridor del fenómeno de la inducción electromagnética y del benceno, estaba muerto. Scrooge, por otro lado, vivía. Scrooge era atrozmente ignorante, mentiroso, deshonesto, supersticioso y crédulo, secreto y egoísta y solitario como
una ostra."

Durante la Navidad de 1827,Faraday dio una serie de seis conferencias sobre química ante un público constituido principalmente por niños. En 1827, por lo menos para Faraday, la divulgación de la ciencia era algo por lo que bien valía hacer a
un lado, por algunas horas, el trabajo de laboratorio.
En ese entonces, Dickens, el gran novelista de la Inglaterra decimonónica, elogió en una carta dirigida a Faraday la belleza de las explicaciones del científico; refiriéndose en particular a "La historia química de una vela", Dickens escribió:
"Pienso que puedo ser capaz de hacer algo con la vela; pero no la tocaría, ni tendría que tocarla, a menos que pueda ser iluminada de nuevo con algo de la bella sencillez y claridad de las que vi trazos en tus notas". Un buen consejo de Faraday -el más sencillo de memorizar,mas no de llevar a la práctica- para los científicos jóvenes es: "Trabaja. Termina. Publica".

II. El primero de los tres clones
"He venido esta noche a advertiros que aun podéis escapar a la influencia fatal de la
superstición y la credulidad: una esperanza que la razón os proporcionará. Estas tres
noches se os aparecerán tres clones."
"El primero de los clones empuñaba una rama fresca de verde muérdago y un libro cuyo
título completo no podía ser leído, únicamente las palabras: "Origen de las especies"
eran visibles. -Soy el Clon de la Biología Pasada -afirmó."
Una costumbre navideña de algunos países europeos y de Estados Unidos consiste
en colocar unas hojas de muérdago arriba del marco de la puerta de entrada de la casa, de manera que toda mujer que se encuentre debajo del muérdago está obligada a besar a aquel hombre que así lo solicite. De acuerdo con Frank H. Tainter, profesor emérito de la Universidad de Clemson, posiblemente el hecho de que el muérdago conservara sus hojas durante todo el año mientras que el resto de los árboles las perdían originó el mito acerca de su efecto benéfico sobre la fertilidad y el vigor sexual (el muérdago es una planta de hoja perenne que sobrevive parasitando a otras; aunque puede fotosintetizar, requiere obtener de las plantas que parasita el agua y los nutrientes que en ella se encuentran).
Durante la Edad Media, plantas de muérdago eran colgadas sobre las puertas de los establos para proteger al ganado contra la brujería. En Suecia e Italia se creía que podía prevenir e incluso extinguir incendios. Hacia el siglo III después de Cristo, estas costumbres paganas fueron integradas en la nueva religión a través del ritual inofensivo del beso debajo del muérdago.

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