domingo, 12 de septiembre de 2010

Demencia senil: dándole mayor kilometraje a su cerebro

Por Claudio Pairoba


Crucigramas, ajedrez, lectura. Todas formas para mantener activo nuestro cerebro. Algo crucial para evitar la aparición de la tan temida demencia senil.
Es sabido que si bien todas estas actividades para mantener a nuestro cerebro en óptimas condiciones demoran la aparición de la enfermedad, no la detienen por completo. Ahora, un artículo de reciente aparición en la revista “Neurology” da una vuelta de tuerca a lo que sabemos acerca del desarrollo de esta enfermedad.

Nuevos estudios indican que al aparecer los primeros síntomas de demencia senil, la misma puede, paradójicamente, avanzar más rápido en aquellos individuos que han tenido una rutina de ejercicios mentales. Robert Wilson, profesor de Ciencias Neurológicas y del Comportamiento en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago es al autor principal de este trabajo. Wilson sostiene que las actividades mentales podrían ayudar a que aquellos cerebros que ya tienen lesiones asociadas a la demencia senil funcionen de manera más o menos normal. Pero una vez que se llega a un cierto umbral, las actividades mentales ya no pueden compensar a la patología subyacente. El resultado: el deterioro mental se manifiesta con mayor velocidad.

“Es un hallazgo que va en contra del sentido común, aunque los que trabajamos en este campo lo hemos anticipado por largo tiempo”, comenta Wilson durante una entrevista realizada en el programa radial “Science Friday”. “Un número de trabajos, incluyendo el nuestro, han hallado que la gente que llevan una activa vida cognitiva son menos propensos a desarrollar demencia y Alzheimer y por ende a experimentar un deterioro cognitivo”, continúa diciendo Wilson. “Nuestro estudio pregunta que es lo que pasa con la gente que desarrolla la enfermedad de Alzheimer, a pesar de haber estado cognitivamente activos. Y encontramos que estos individuos sufren un deterioro más rápido que aquellos que no eran tan activos cognitivamente antes del comienzo de la enfermedad.”



El investigador aclara que los resultados del estudio no deben interpretarse como que la actividad cognitiva es de alguna manera perjudicial. La interpretación del presente estudio apunta a que los individuos que desarrollan la enfermedad están comprando más tiempo en un estado cognitivo saludable y pagando con menos tiempo en un estado cognitivo deteriorado. De acuerdo a Wilson, cuando se alcanza un cierto umbral, el estilo de vida cognitivo o de actividad mental que uno tiene, ya no importa. “En ese punto, la persona que tuvo una actividad mental más intensa ha acumulado mas enfermedad que una persona con una actividad mental menor. Creemos que el deterioro es más rápido a partir de ese punto”, concluye Wilson.

Los ejercicios mentales son, entonces, una ayuda invalorable para mantener alejada la sintomatología asociada con la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia senil. Es también importante recordar que estos ejercicios deben ser hechos de manera frecuente y sostenida en el tiempo. Wilson agrega que la lectura regular es fundamental y que “escuchar la radio y ver televisión son dos ventanas al mundo exterior que la gente mayor posee”.

Fuentes:
http://www.sciencefriday.com/program/archives/201009033
http://www.rush.edu/rumc/page-1282236936498.html
http://www.neurology.org/cgi/content/abstract/WNL.0b013e3181f25b5ev1?maxtoshow=&hits=10&RESULTFORMAT=&author1=Wilson&searchid=1&FIRSTINDEX=0&resourcetype=HWCIT

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