viernes, 5 de marzo de 2010

Ceguera congénita: y se hizo la luz.

Por Claudio Pairoba



La amaurosis congénita de Leber (ACL) es una rara enfermedad hereditaria degenerativa de la retina que conduce a una pérdida severa de la visión y que se manifiesta al nacer o en los primeros meses después del nacimiento. Descripta por primera vez por Theodore Leber en el siglo XIX, afecta a 1 de 80.000 nacimientos.

Si bien los bebés nacidos con esta patología pueden mostrar una retina aparentemente normal en un primer exámen, los mismos tendrán una visión reducida al nacer y en unos pocos meses los padres notarán un movimiento involuntario, rítmico y repetido de los ojos conocido como nistagmus. Se considera que los niños que padecen ACL representan entre un 10 y un 18 % del total de casos de ceguera congénita. En la ACL hay una pérdida progresiva de fotorreceptores resultando en ceguera total entre la tercera y cuarta década de vida.

Un exitoso ensayo clínico realizado el año pasado por un grupo de investigadores utilizando terapia génica (*) permitió una recuperación parcial de la visión en uno de los ojos cuando se aplicó a 12 pacientes con pérdida casi absoluta de la visión. La enfermedad puede ser causada por una mutación en cualquiera de un grupo de 14 genes, incluyendo el llamado RPE65, el gen defectuoso en el caso de los 12 individuos afectados.

Debido a este resultado, estos pacientes pidieron que se les aplicara el mismo tratamiento en el otro ojo. El problema: los investigadores no estaban seguros de si repetir el tratamiento podría presentar complicaciones debido a una respuesta inmune al virus de la terapia génica aplicado en el primer ojo.

La respuesta al problema
El mismo grupo de investigadores que incluye científicos del Centro de Oftalmología Molecular de la Universidad de Filadelfia y del Centro para Tratamientos Moleculares y Celulares del Hospital de Niños de Filadelfia, EE.UU., entre otros, acaba de publicar en la revista Science Translational Medicine que es seguro y efectivo aplicar el tratamiento (usando el mismo gen) al segundo ojo de perros y monos (cuyos ojos son similares en tamaño y estructura al humano). Si bien apareció una respuesta inmune, la misma fue benigna y solo en 1 de 10 casos dicha respuesta se mantuvo.

Con el presente estudio los autores concluyen que la administración del virus rAAV2 como vehículo de la terapia génica usando el gen RPE65 es segura y efectiva en animales, incluso en el caso de que exista una respuesta inmunológica previa al mencionado virus, el cual es un criterio que ha excluído a potenciales pacientes de pruebas de terapia génica.

(*) ¿Qué es la terapia génica?
Consiste en reemplazar una copia ausente o defectuosa de un gen por otra normal y funcional dentro de las células de un individuo. El gen que se busca insertar está contenido dentro de un virus el cual sirve como vehículo para que el material genético llegue a destino de manera eficaz. Esta técnica todavía esta en desarrollo ya que en algunos casos los resultados no han sido los esperados y por lo tanto, cuando se la aplica, se lo hace dentro de ensayos clínicos controlados.

Fuente:
Safety and Efficacy of Subretinal Readministration of a Viral Vector in Large Animals to Treat Congenital Blindness.
Defne Amado, Federico Mingozzi, Daniel Hui,2 Jeannette L. Bennicelli, Zhangyong Wei,
Yifeng Chen, Erin Bote, Rebecca L. Grant, Jeffrey A. Golden, Kristina Narfstrom, Nasreen A. Syed, Stephen E. Orlin, Katherine A. High, Albert M. Maguire, Jean Bennett. Science Translational Medicine Vol. 2, Issue 21 21ra16.

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