China: Krugman, el editorial del New York Times y la pandilla de Beltway, todos equivocados con respecto a la devaluación de la moneda
Por David Caploe PhD - Economista Político en Jefe - EconomyWatch.com
Traducción de Claudio Pairoba
La economía académica convencional es una enfermedad.
A pesar de sus pretensiones y “certezas” matemáticas, no hay rama de las ciencias sociales mas desconectada de su supuesto tema de estudio que la economía, y eso está diciendo algo, algo que no es bueno.
Así que si bien es especialmente desalentador, no es particularmente sorpresivo que los economistas usualmente no convencionales –notablemente Paul Krugman de Princeton y, más importante, el New York Times, y Nouriel Roubini de la Universidad de Nueva York, alias Dr. Desastre, uno de los pocos académicos que tuvo la vaga idea de que el desastre conocido como Septiembre Negro de 2008 se venía- caigan en la ortodoxia que generalmente evaden.
De manera intrigante, estos lapsus conceptuales a menudo aparecen en el área de comercio global y balance de pagos, donde la gente que en general es inteligente como Krugman y Roubini parece no poder librarse de las tonterías con olor a naftalina las cuales no aceptan cuando se trata de la mayoría de los problemas de Economía Política.
En el caso de Roubini, el “sub-óptimo” estado del sistema financiero norteamericano como un todo, el cual él correctamente predijo bastante antes de que ocurriera el colapso de Bear Sterns en Marzo y, por supuesto, lo de Lehman Bros. en el Septiembre Negro de 2008.
Con respecto a Krugman, está en lo correcto con respecto en cada una de las situaciones – en los últimos tiempos lo que ha estado ocurriendo con la insuficiencia del estímulo de Obama, lo cual él consideró que no sería suficiente para promover una recuperación sostenible en el momento en que fue aprobado por el Congreso y el imperativo económico (no sólo humano) de una seria “reforma” del sistema de salud, aunque tardó un poco en darse cuenta cuan significativo sería un bloqueo del “sistema” de contribución a las campañas para obtener algo concreto.
De esta forma fue bastante desalentador despertarse el Lunes, ansioso por leer su último comentario inteligente contra todas las cosas estúpidas en la política económica norteamericana, y en cambio encontrarse con su grosero e interminable discurso en contra de la supuesta manipulación de la moneda china, la cual aparentemente estaría teniendo tan malos efectos sobre los débiles esfuerzos de recuperación mundial.
Paul Krugman escribió en el New York Times:
"Las tensiones se incrementan en el tema de la política económica china, y con razón: la política china de mantener su moneda, el renminbi, subvaluada se ha convertido en un lastre significativo para la recuperación económica global. Hay que hacer algo".
Y así siguió desde ahí.
Igualmente desilusionador fue leer dos días más tarde un editorial del New York Times – cuyo directorio, al igual que Krugman, se ha destacado por dar argumentos sólidos y convincentes en contra de la perorata superficial que se disfraza de “discurso público” en los EE.UU. por estos días – adoptando la misma línea de falta de información en toda la cuestión de los valores de la moneda China.
Dice el New York Times:
"La decision china de basar el crecimiento de su economía en exportar artículos deliberadamente devaluados amenaza a las economías del mundo. Está alimentando grandes déficits comerciales en los EE.UU. y Europa. Es más, está desalojando a las exportaciones de otros países en desarrollo, poniendo en peligro sus esperanzas de recuperación".
Y así siguieron ELLOS, haciendo que el problema internacional sobre el cual habían advertido en el final de su comentario editorial se vuelva realidad, o sea que “este desacuerdo [puede] escalar hasta llegar a una pelea en la cual nadie gana”.
Así que, ¿¿¿cuál es el problema con esta idea y por qué se retrotrae al sinsentido de la economía académica convencional???
Hablando claro, tanto Krugman como el comité editorial del Times están ignorando el hecho central de la economía política mundial que ha existido desde finales de la década del 40: los países, ya sea, venden a los EE.UU. o le venden a países que le venden a los EE.UU.
En cambio, se pliegan a la inexacta pero diseminada SUPOSICIÓN de que el comercio mundial debería de alguna manera estar “balanceado” – o sea, que cada país debería hacer que sus pagos comerciales y totales estén mayormente “balanceados”.
De hecho, esto se estrella en la cara no solo de la actual situación económica mundial, sino de toda la historia de las economías políticas mundiales que han existido, en distintas formas, desde por lo menos 1815 y la aparición del “segundo” Imperio Británico, a continuación de su victoria en las guerras napoleónicas de principios del siglo 19.
Continuará.
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