Por EconomyWatch
1 de Mayo de 2010. Samsung es la compañía más sacrosanta – pero aún así mirada con recelo – en Corea del Sur.
Por esto, no es ninguna sorpresa que la vida haya sido una montaña rusa para Kim Yong-chul desde que comenzó a hablar de Samsung Electronics hace 2 años y medio.
Kim ha sido alabado por algunos que lo consideran un denunciante de la empresa para la cual trabajó, pero en una cultura que enfatiza la lealtad de los trabajadores para con sus empleadores, también ha sido denostado como un traidor movido por venganzas personales.
Y eso fue antes de que el libro revelador de Kim, de 474 páginas bajo el título “Piense en Samsung”, llegara a las librerías en Febrero.
El libro presenta increíbles acusaciones de corrupción extendida por parte de Lee Kun-hee, el hombre más rico en Corea del Sur y el Presidente de Samsung Electronics, la compañía más grande del mundo (desde el punto de vista de las ganancias) en tecnología.
Desde el lanzamiento del libro, los diarios y sitios de Internet más importantes del país se han negado a hacerle propaganda, y pocas publicaciones surcoreanas lo han leído, de acuerdo a un artículo del New York Times (1).
Un diario comentó acerca de su popularidad – se convirtió en un best seller, gracias a los comentarios de la gente en los blogs y en Twitter – pero no imprimió su título o dió detalles de sus acusaciones.
“¿No es esto una comedia?”, dijo Kim, de 52 años en una entrevista. “Los estoy desafiando a que me abofeteen, a que me demanden, pero no lo hacen. Me tratan como a un loco, un hombre invisible, a pesar de que estoy gritando el delito más grande en la historia de la nación.”
El libro ha vendido 120.000 ejemplares hasta el momento – un número inusualmente bueno en Corea del Sur para una temática de este tipo.
Kim entró a la compañía en 1997 después de hacerse conocido como el abogado estrella que investigó la corrupción de Chun Doo-Hwan, el ex militar poderoso.
Así fue que se convirtió en el consejero legal de más alto rango en Samsung antes de renunciar en 2004. Kim hizo públicas sus denuncias 3 años después.
Incluso para los surcoreanos, acostumbrados a los escándalos de corrupción, sus aseveraciones resultaron asombrosas.
Kim acusó a Lee y a sus leales ayudantes de haber robado cerca de U$S 9 millones de las subsidiarias de Samsung, guardándolos en acciones y cuentas bancarias ilegalmente abiertas a nombre de ejecutivos.
Los ejecutivos de Samsung han desestimado al libro, considerándolo como “ficción”.
“Nos hierve la sangre de rabia, pero no lo vamos a demandar y convertirlo otra vez en una estrella”, dijo Kim Jun-shik, vicepresidente senior de Samsung para el área de Comunicaciones Corporativas.
“Cuando uno ve una pila de excremento lo evita, no porque le tenga miedo, sino porque está sucio.”
Lee fue acusado de evasión impositiva y prevaricato en Abril del 2008, y condenado por ambos cargos en lo que se hizo conocido como el escándalo de los fondos para sobornos de Samsung.
El millonario evitó ir a prisión y eventualmente recibió un perdón presidencial para volver a dirigir Samsung.
Aunque el caso legal está cerrado, el país todavía esta lidiando con las cuestiones que dicho caso sacó a la luz – y que el libro de Kim Yong-chul sigue mostrando – acerca de Samsung, su lugar en la sociedad y la independencia de los medios informativos del país y del sistema judicial.
Bajo la dirección de Lee, Samsung creció hasta convertirse en un conglomerado que genera más de un 20 % de las exportaciones de Corea del Sur.
La empresa da trabajo a 270.000 personas alrededor del mundo y se ha convertido en sinónimo de éxito, estilo y orgullo en Corea del Sur.
El libro afirma que destruyeron libros, fabricaron evidencia y sobornaron a políticos, burócratas, fiscales, jueces y periodistas para asegurarse que no obstaculizarían la transferencia ilegal del control de Samsung al único hijo de Lee, Lee Jae-yong de 41 años.
En su libro, Kim describe a Lee y a sus ejecutivos vasallos de Samsung, como ladrones sobornadores que reinan sobre el país, su gobierno y sus medios de comunicación.
También describe a los fiscales como oportunistas despiadados para con aquellos a quienes consideran poderes “muertos”, como un ex presidente, pero servil y temeroso de Samsung, a quien bautizó como “el poder que nunca muere”.
“Quise dejar un informe de la corrupción en Samsung ya que la investigación de los fiscales se convirtió en un chisme histórico”, dijo Kim.
“Escribí este libro porque temía que los niños crecieran creyendo que en Corea del Sur la justicia no gana, sino que aquellos que ganan se convierten en la justicia.”
1.www.nytimes.com/2010/04/26/technology/26samsung.html?emc=eta1
Book on Samsung Divides Korea. Por Choe Sang-Hun
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